Hoy nos vamos hasta Cerler, precioso pueblo del Pirineo, y nos colamos en la cocina de Kike Anés Lázaro, cocinero al frente de los fogones en el Bar Restaurante el Candil.
Este vuelve a estar presente en el concurso Tapas de 10 de Ribagorza con dos bocados que bien merecen la pena probarlos:
-¿Por qué escogiste ser cocinero?
Porque era una profesión que desde pequeño me llamaba la atención y cuando tuve la oportunidad, fui a estudiar hostelería.
-¿Cuál es tu motivación a participar en el concurso de Tapas de 10?
Poder elaborar de una forma distinta los productos que tenemos en la comarca desde otra perspectiva.
– ¿Cuáles son, según tu opinión, los productos estrella en tu comarca?
La longaniza es un producto estrella. Otros productos son las setas y la trufa que nos regala la naturaleza.
– ¿Cuál es la virtud más importante que debe tener un cocinero?
Un buen cocinero debe de tener ante todo vocación, ya que es un trabajo muy duro. También debe ser creativo y con capacidad para trabajar en equipo.
– De entre todos tus platos, ¿con cuál te quedarías?
Me quedaría con las creps rellenas de morcilla, setas y salsa de boletus trufada ya que recoge muchos productos de aquí.
– ¿Qué es lo más importante de un plato?
Me parece que el sabor es lo más importante de cualquier elaboración, después la presentación y que el resultado final guste a los clientes.
– ¿Podrías decirnos algo de tu trabajo que para la mayoría de la gente pasa inadvertido?
Pienso que es difícil imaginarse las técnicas y pruebas que lleva un plato antes de llegar al comensal.
– Un consejo para disfrutar al máximo de las tapas
Tener la mente abierta a cualquier sabor y presentación.
– ¿Cómo definirías tu cocina?
Es una cocina clásica con productos de la zona.
-¿Un cocinero también cocina en casa?
En algunas ocasiones.
– ¿Eres crítico cuando sales a comer/cenar fuera?
No tanto como puedo llegar a ser con mis propios platos.
– ¿Quién o quiénes son tus referentes en cocina?
Creo que la cocina son los sabores que hemos probado desde pequeños que se funden con bonitos recuerdos de la infancia, sin duda, es mi madre.
– ¿Una carne?
Que difícil… me quedaría con el ciervo por su gran sabor y la textura de su carne